La Ventana Natural: keeping things sustainable and ecological

“This is SUCH an endearing barrio!” exclaims Begoña when I ask her about La Guindalera. “Ever since I started working here in La Ventana Natural, I’ve felt like part of a big family.” The herbolario/health food shop opened in 2018, headed up by Ana, Mari Paz and Ana. Begoña herself joined in February 2020, little knowing that a pandemic was about to hit and her job would become a lifeline to the local residents. As one of the few businesses to stay open, a steady stream of customers social-distanced themselves into the friendly shop, to stock up on health food supplies, supplements or natural skincare products. Begoña explains that they try to stock the most sustainable and ecological products possible and also points out that they offer natural therapies such as reiki, reflexology and a new all-round health-boosting massage called ‘rain drops’, which will be available soon. Begoña says what hit her most when she first started working in the barrio was how it reminded her of her childhood neighbourhoods, with old-styled little shops and a strong sense of community. She says she was happy to be of service during lockdown and hopes that after the stress and strain of the last few months, things can start getting back to how they were.

“Este barrio es TAN entrañable!” me dice Begoña cuando le preguntaba sobre La Guindalera. “Desde que empecé a trabajar en La Ventana Natural, me he sentido como parte de una gran familia.” El herbolario abrió sus puertas en 2018 por Ana, Mari Paz y Ana. Begoña se juntó con el equipo en febrero de 2020, sin saber que iba a haber una pandemia, haciendo que su trabajo se convertiría en una salvavidas para los vecinos del barrio. Era uno de los pocos negocios que se mantenía abierto y había un flujo constante de clientes pidiendo alimentos naturales, suplementos o tratamientos naturales de la piel. Begoña me explica que pretenden ofrecer productos que sean lo más sostenibles y ecológicos posibles y también ofrecen terapias como reiki, reflexología y, dentro de poco, un masaje con aceites esenciales que se llama ‘gotas de lluvia.’ Begoña dice que lo que más le impactó cuando empezó a trabajar en el barrio era como el recuerdo de su infancia, con las tiendecitas y un sólido sentido comunitario. Dice que estaba muy contenta poder estar de ayuda durante el confinamiento y espera que el estrés y ansiedad que muchas han sufrido en los últimos meses se disipará y habrá un vuelto a la normalidad.