“My love for sewing started back at university,” Cristina tells me. “I had a bag that I really liked and when it fell apart I couldn’t find one like it in any shop. So I decided to copy it! I bought a sewing machine, checked out some YouTube tutorials and made a replica.” Before long her friends were giving her sewing assignments and what started as a hobby soon developed into a little business.
By 2015 she was promoting her products (mainly bags of various sizes and pencil cases) on Instagram and Facebook and had set up a web page to showcase her work. Four years later she launched an online shop — just in time for 2020’s lockdown pandemic — and she set up a new fabric mask production line, which has gone down a storm (I myself have purchased several for my family in Spain and the UK).
Cristina loves the barrio of Guindalera and frequently heads there to shop at the Mercado de La Guindalera and to see her friend Ana Luisa of Herbolario La Guindalera fame — the two first met setting up their stalls at a craft market in the Teatro La Guindalera. And as to the future, she hopes to launch a clothing line soon and her dream would be to open a shop because, as she says, “there’s nothing like touching the fabric and seeing what you are buying up close — the computer screen rarely does justice to the finished article.”
“Mi amor por la costura empezó en la universidad”, me dice Cristina. “Tenía un bolso que me gustaba mucho y cuando se rompió no pude encontrar uno igual en ninguna tienda. ¡Así que decidí copiarlo! Compré una máquina de coser, revisé algunos videos de YouTube e hice una réplica ". Al poco tiempo, sus amigos le dieron pedidos y lo que comenzó como un pasatiempo pronto se convirtió en un pequeño negocio.
En 2015 ya estaba promocionando sus productos (principalmente bolsas de varios tamaños y estuches para lápices) en Instagram y Facebook y había creado una página web para mostrar su trabajo. Cuatro años después, lanzó una tienda on-line, justo a tiempo para la pandemia de COVID-19 de 2020, y estableció una nueva línea de producción de mascarillas de tela, que ha sido todo un éxito (yo misma compré varias para mi familia en España y el Reino Unido).
Cristina le gusta mucho el barrio de Guindalera y con frecuencia se dirige allí para comprar en el Mercado de La Guindalera y para ver a su amiga Ana Luisa del Herbolario La Guindalera: las dos se conocieron en un mercado de artesanías en el Teatro La Guindalera. Y en cuanto al futuro, espera lanzar pronto una línea de ropa y su sueño sería abrir una tienda física porque, como ella dice, “no hay nada como tocar la tela y ver de cerca lo que estás comprando, no es lo mismo verlo en una pantalla digital.”